2012 : el impuesto sobre la renta en Francia representa "solo" 46.850 millones de euros en ingresos, de un total de deducciones obligatorias de 822.000 millones de euros (o 5.7 % de débitos directos). Entre los principales ingresos fiscales de las administraciones públicas: el Impuesto al Valor Agregado (127 mil millones de euros), la Contribución Solidaria Generalizada (72 mil millones) y el impuesto corporativo (32 mil millones). Por lo tanto, al considerarse todos los impuestos, se puede calcular la tasa impositiva general. La población francesa se divide en 4 clases: (1) las clases populares, que representan el 50% de la población (ingresos brutos entre 1000 y 2200 euros), (2) las clases medias, el siguiente 40% tiene un ingreso bruto entre 2300 y 5.100 euros, (3) las clases ricas (9% de la población) con un ingreso bruto mensual de entre 5.200 y 14.000 euros, y finalmente (4) los "muy ricos", que representan el 1% de la población con ingresos más de 14,000 euros.
Atención a la escala de este gráfico, las clases populares y medias se dividen en deciles, a diferencia de las clases ricas y muy ricas. ¡Esto aísla al 0,0001% de los franceses más ricos (el último punto en el gráfico), que son en Francia los que tienen la tasa impositiva general más baja! ¿Pero cómo es posible? Porque los ingresos de los más ricos no provienen del trabajo, sino principalmente del capital que está mucho menos sujeto a impuestos.
Si observamos este mismo gráfico, pero al agregar la contribución de cada gravamen a la tasa impositiva general (ISF: Impuesto de Solidaridad sobre las Fortunas fue eliminado en 2018 por Macron), llegamos al siguiente gráfico:
