miércoles, 4 de enero de 2017

Dwight D. Eisenhower, 17 de enero de 1961:



A casi 56 años de este discurso, este tema sigue siendo central en la comprensión de la dinámica de la geopolítica mundial y de la suerte de la democracia en EE. UU, amén los intereses financieros de nuestra época, que impactan también en el plano económico-social.

El 17 de enero de 1961, al término de su segundo y último mandato, el presidente Eisenhower pronuncia un discurso de adiós a través de la radio.

Después del tradicional balance de su acción como presidente, Eisenhower sorprende a sus conciudadanos con un mensaje de alerta sobre el riesgo que la guerra fría implica para la democracia.

“La conjunción de un inmenso establishment militar y de una amplia industria armamentista es nueva en la historia americana”, señala Eisenhower.

“Su influencia total –económica, política e incluso espiritual– se percibe en cada ciudad, en cada Estado, en cada administración federal. Nosotros reconocemos la imperativa necesidad de ese desarrollo. Pero no podemos dejar de comprender sus graves implicaciones. Nuestro trabajo, nuestros recursos, nuestras vidas están ligadas a él.

O sea, la estructura misma de nuestra sociedad. En los consejos de gobierno, tenemos que tener cuidado con la adquisición de una influencia ilegítima, que el complejo militaro-industrial pudiera o no tratar de obtener. El peligro de desarrollo desastroso de un poder usurpado existe y va a persistir. No debemos permitir nunca que el peso de esa conjunción ponga en peligro nuestras libertades o los procesos democráticos.

No debemos dar nada por sentado. Únicamente una vigilancia y una conciencia ciudadanas pueden garantizar el equilibrio entre la influencia de la gigantesca maquinaria industrial y militar de defensa y nuestros métodos y nuestros objetivos pacíficos, de forma tal que la seguridad y la libertad puedan incrementarse a la par”.